Article | 30 Juin, 2022

Fortaleciendo resiliencia climática de comunidades y ecosistemas en países Sudamericanos

En la actualidad el planeta enfrenta una triple crisis ambiental, en relación a tres problemas interrelacionados entre sí como: el cambio climático, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Cada uno de estos problemas tiene sus causas y efectos, y deben resolverse para asegurar un futuro viable del planeta.

El cambio climático está causando una alteración peligrosa y generalizada en la naturaleza, lo que afecta la vida de miles de millones de personas en todo el mundo, a pesar de los esfuerzos que se han hecho para reducir su impacto. La salud, la vida y los medios de subsistencia de las personas, así como los bienes e infraestructura, se ven cada vez más afectados por los peligros de las olas de calor, tormentas, sequías e inundaciones, así como por los cambios de evolución lenta, como la subida del nivel del mar (IPCC, 2022).

El cambio de uso del suelo, la fragmentación del hábitat, la contaminación y la sobre-explotación de especies están debilitando la resiliencia ecológica, y la pérdida de ecosistemas, que, a su vez, amplifica la vulnerabilidad de las personas (IPCC, 2022). En este contexto, la adopción de una perspectiva en la que el ser humano no solamente es un beneficiario de la naturaleza y de sus bienes y servicios, sino que también es el principal gestor y responsable de su conservación y restauración ha adquirido gran importancia, particularmente en la última década.

Entre uno de los principales enfoques en el marco conceptual de las Soluciones basadas en la Naturaleza (SbN) está el de la Adaptación basada en Ecosistemas (AbE); la AbE se enfoca en gestionar sosteniblemente la biodiversidad y los servicios ecosistémicos para contribuir a los procesos de adaptación de las personas frente a los efectos adversos del cambio climático (CBD, 2009)

La AbE hace referencia a las estrategias y acciones de conservación, restauración y manejo sostenible de ecosistemas, que generan múltiples beneficios para las poblaciones humanas y ecosistemas, reduciendo su vulnerabilidad a los eventos climáticos actuales y futuros.

Desde que el término fue acuñado en el 2009, se han venido implementando múltiples experiencias a nivel global con este enfoque en diversos tipos de ecosistemas y contextos ecológicos, socio-económicos y culturales.

Representación conceptual del paraguas SbN Photo: @UICN

 

A continuación presentaremos iniciativas AbE en dos países sudamericanos –Perú y Ecuador– mismos que han estado alineados a las metas de adaptación de ambos países:

 

Perú

En Perú, desde hace ya una década se han venido implementando varios proyectos colaborativos con enfoque AbE en ecosistemas de montaña, específicamente en la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas (RPNYC). Entre el 2012 y 2016, se implementó el Programa “AbE Montaña” (PNUD, PNUMA, UICN e Instituto de Montaña, en estrecha coordinación con MINAM y SERNANP, financiado por IKI-BMU) que generó una diversidad de condiciones habilitantes, experiencias , herramientas y aprendizajes sobre AbE.

En el marco de uno de los componentes de este proyecto, se implementaron medidas robustas AbE en dos comunidades (Miraflores y Canchayllo) contemplando tres componentes interrelacionados: 1) Fortalecimiento de la institucionalidad y la organización comunal para la gestión de los pastos, el agua y el ganado; 2) Fortalecimiento de capacidades y conocimientos locales en el manejo de los pastos, el agua y el ganado; y 3) Infraestructura verde-gris: ampliación y conservación de humedales y gestión comunal de praderas nativas. Para conocer más sobre esta experiencia, te invitamos a ver esta publicación: Evidencias sobre Adaptación basada en Ecosistemas en América Latina y el Caribe: 10 casos de estudio.

Tras la iniciativa –AbE Montaña– se ha venido capitalizando y escalando los avances con el Programa Escalando la Adaptación basada en Ecosistemas de Montaña: construyendo evidencia, replicando éxitos e informando políticas entre el 2017 y 2020, y con su extensión durante el 2022 (implementado por el Instituto de Montaña Perú y UICN en estrecha coordinación con MINAM y SERNANP, así como con MIDAGRI, y los GORES de Lima y Junín, financiado por IKI-BMU) mediante la cual se han venido consolidando consolidando las medidas robustas AbE en las Comunidades Campesinas de Miraflores, Canchayllo y Tanta, así como escalando medidas AbE en la Comunidad de Toma.

Paralelamente, como parte del Programa Enfoques de adaptación basada en ecosistemas: fortaleciendo la evidencia y generando información para las políticas, implementado entre el 2016 y 2020, y con su año de extensión en el 2022 (implementado por el IIED, WCMC-PNUMA y UICN, y en estrecha coordinación en Perú con MINAM y SERNANP, financiado por IKI-BMU) se aplicó la herramienta para el análisis de la efectividad de la AbE en las medidas robustas implementadas como parte del Proyecto AbE Montaña. Te invitamos a ver el reporte.  

Ecuador

En Ecuador, entre el 2016 y 2018, como parte del proyecto Estrategias AbE en Ecuador y Colombia (implementado por GIZ y UICN en estrecha coordinación con el Ministerio de Ambiente de Ecuador, financiado por IKI-BMU) se implementaron medidas AbE en dos parroquias de la provincia de Manabí: Honorato Vásquez y Membrillal, mismas que ahora se consolidarán como parte del Programa AbE LAC (implementado por GIZ, CATIE y UICN, en estrecha coordinación con el MAATE, financiado por IKI-BMU):

  • Agrobiodiversidad: conjunto de prácticas integrales, enfocadas a la conservación y mantenimiento de la fertilidad del suelo, diversificación y asociación de cultivos e incorporación de especies forestales y arbustivas, contemplando principios agroecológicos (Pinto, 2022) (Ver la Cartilla para familias agricultoras: Buenas prácticas para sistemas agrobiodiversos).
  • Gestión integral del recurso hídrico: promueve la gestión eficiente, equitativa y sostenible del agua, con la participación multi-actor, la conservación de los ecosistemas y la implementación de buenas prácticas para el mantenimiento de los diversos componentes del sistema hídrico.
  • Manejo sostenible de bambú: promoción y desarrollo de buenas prácticas desde las "manchas de guaduales" hasta su aprovechamiento y uso sostenible, como alternativa económica.
  • Manejo sostenible de caprinos: buenas prácticas como el establecimiento de parcelas de silvopastura y espacios de semi-estabulación orientadas a reducir la presión sobre los ecosistemas.

Éstos son algunos de los ejemplos de medidas AbE en diversos ecosistemas que aportan a reducir el riesgo climático de los sistemas socio-ecológicos frente a diversos eventos climáticos como heladas, aludes, inundaciones, sequías, estrés hídrico, entre otros. Algunos aprendizajes de estas experiencias incluyen: la necesidad de fortalecer los aspectos organizativos comunitarios e institucionalizar los diversos procesos con los gobiernos locales para asegurar el empoderamiento y sostenibilidad de las medidas; además, es clave la co-construcción participativa de las diversas medidas para enraizar las diversas prácticas con base en las necesidades y contextos locales; asimismo, es importante monitorear de manera efectiva las medidas para con ello contar con evidencia sólida que permita informar políticas.

Referencias

IUCN. (2016). Nature-based Solutions to address global societal challenges. Gland, Suiza: IUCN. doi:https://doi.org/10.2305/IUCN.CH.2016.13.en

Pinto, P. (2022). Plan de acción y Hoja de ruta de consolidación y sostenibilidad de medidas AbE en Membrillal y Honorato Vásquez. Quito: Programa EbA LAC (MAATE, GIZ, UICN y CATIE).

UNFCCC. (2022). What is the Triple Planetary Crisis? Obtenido de https://unfccc.int/blog/what-is-the-triple-planetary-crisis

 

Para mayor información: karen.podvin@iucn.org