Guatemala, octubre 2022 (UICN). Las plantas que se produzcan en dicho vivero serán utilizadas para la restauración de zonas de recarga hídrica de la parte alta de las cuencas de los ríos Coyolate, Motagua, Samalá y Chixoy, como parte del enfoque de Adaptación basada en Ecosistemas (AbE) que promueve el Proyecto Altiplano Resiliente, para hacer frente a los efectos climáticos graduales y extremos que afectan a la población, sus medios de vida y la economía.

Úrsula Parrilla, Directora Regional de la UICN para México, América Central y el Caribe (ORMACC), reconoció el compromiso institucional y manifestó que estos aportes dan sostenibilidad a las acciones del Proyecto. “Estos lazos que estamos construyendo con el sector agricultura, permiten comprender que no podemos lograr estas metas de conservación si no atendemos la seguridad alimentaria y la producción de alimentos, y que se beneficien mutuamente ambos sectores”, subrayó.

Asimismo, Edgar René De León, viceministro de Desarrollo Rural y Económico del MAGA, indicó que la adaptación de tecnologías diversas permite trabajar en la línea de sistemas de producción bajo tecnologías controladas y generar posibilidades para abrir paso a una agricultura sostenible.

La capacitación tecnológica habilita condiciones hacia una agricultura excedentaria y fortalece capacidades para que los extensionistas puedan brindar apoyo a una mayor cantidad de productores. “Agradecemos estos esfuerzos, sabemos que trabajar directamente con extensionistas, utilizar la tecnología apropiada y darles herramientas a los agricultores, va a ser clave para que ellos puedan adaptar al cambio climático su sistema de producción” Edgar René De León, viceministro de Desarrollo Económico Rural del MAGA.

El Proyecto Altiplano Resiliente es implementado por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), el Instituto Nacional de Bosques (INAB), y el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH), con la asistencia técnica y financiera de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) en colaboración con la Fundación para la Conservación de los Recursos Naturales y Ambiente en Guatemala (FCG) y la Universidad Rafael Landívar a través del Instituto de Investigaciónn en Ciencias Naturales y Tecnología (Iarna) de la Vicerrectoría de Investigación y Proyección (URL-VRIP), gracias a fondos provenientes del GCF (Green Climate Fund) y la  Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA).