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Blog 07 Abr, 2025

Del desafío al triunfo: la travesía verde de Chingaza

Imagina un lugar donde el agua nace y la vida florece, donde los osos andinos dejan más huellas que nunca, y donde 10 millones de personas beben esperanza cada día. Este no es un cuento de hadas. Es el Parque Nacional Natural Chingaza, el titán ecológico que conquistó la Lista Verde de la UICN en 2020. Con 77.600 hectáreas de magia andina donde la conservación y el progreso bailan al ritmo de 91 acuerdos comunitarios. Chingaza no solo protege la naturaleza; reescribe el futuro, demostrando que unidos, humanos y tierra, pueden tejer historias de éxito que trascienden fronteras. Este es Chingaza: donde cada gota cuenta una historia y cada ser vivo, desde frailejones hasta el cóndor de los Andes, susurra una lección de coexistencia armoniosa.

 

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Photo: juan-felipe-ramirez.

¿Qué hace a Chingaza interesante?

Con un área de 76.600 ha, el PNN Chingaza abarca once municipios en Cundinamarca y Meta, es un ecosistema vital tanto para la biodiversidad como para el abastecimiento de agua de Bogotá y sus alrededores, beneficiando a cerca de 10 millones de personas. Este parque, con su apariencia de mariposa, no solo es hogar de especies como el oso andino y el cóndor, sino que también funciona como una 'fábrica de agua', gracias a sus páramos y bosques que capturan y regulan el flujo hídrico. Además, Chingaza es un centro para la investigación científica y la educación ambiental, ofreciendo un refugio para más de 1,300 especies de plantas y 160 de mamíferos, incluyendo el puma y el venado de cola blanca.  Chingaza alberga una impresionante variedad de flora y fauna, incluyendo más de 1.300 especies de plantas, 160 especies de mamíferos y 531 especies de aves. Entre las especies emblemáticas se encuentran el oso andino, el cóndor, el puma y el periquito aliamarillo. También es hogar de numerosas especies de reptiles y anfibios, muchas de ellas endémicas. Además de su valor ecológico, el parque tiene una gran importancia cultural. Sus paisajes únicos, como las Lagunas de Siecha y la Laguna de Chingaza, tienen un profundo significado para las comunidades campesinas e indígenas de la región, contribuyendo a la rica herencia histórica y cultural de Colombia.

Cuando Chingaza se miró al espejo en 2018, vio montañas por escalar. Dos años de sudor, ingenio y pasión después, conquistó la cima de la Lista Verde de la UICN. Ni obstáculos imprevistos ni pandemias globales pudieron frenar su ascenso. Chingaza no solo preserva la naturaleza; redefine lo que significa ser un área protegida ejemplar. Esta es la historia de cómo un parque se volvió inspiración

¿Cómo fue el Proceso de Certificación del PNN Chingaza?

El camino de Chingaza hacia la Lista Verde de la UICN fue un viaje de superación y mejora continua. En 2018, el parque se miró al espejo, realizando una exhaustiva autoevaluación basada en los 50 indicadores del Estándar Lista Verde. Al año siguiente, el Grupo de Expertos revisó su progreso sugiriendo áreas de mejora, como la preparación para el cambio climático y el trabajo con las comunidades locales. Lejos de desanimarse, el equipo de Chingaza vio esto como una oportunidad para crecer y fortalecer su gestión, demostrando su compromiso con la excelencia en conservación.

A finales de 2019, desarrollaron un ambicioso plan de mejoramiento enfocado en tres componentes: Buena Gobernanza, Diseño y Planificación, y Resultados de Conservación. Este esfuerzo dio sus frutos el 18 de septiembre de 2020, cuando Chingaza recibió la prestigiosa certificación de la Lista Verde, reconociendo su gestión efectiva y compromiso con la conservación a largo plazo.

La pandemia de 2020-2021 puso a prueba la resiliencia del parque, pero Chingaza demostró su capacidad de adaptación, ajustando sus estrategias a la nueva realidad. En mayo de 2023, una evaluación de medio término confirmó el progreso continuo del parque, demostrando que Chingaza no solo conserva la naturaleza, sino que también evoluciona con los tiempos.

¿Cómo fue el Proceso de Certificación del PNN Chingaza?

El camino de Chingaza hacia la Lista Verde de la UICN fue un viaje de superación y mejora continua. En 2018, el parque se miró al espejo, realizando una exhaustiva autoevaluación basada en los 50 indicadores del Estándar Lista Verde. Al año siguiente, el Grupo de Expertos revisó su progreso sugiriendo áreas de mejora, como la preparación para el cambio climático y el trabajo con las comunidades locales. Lejos de desanimarse, el equipo de Chingaza vio esto como una oportunidad para crecer y fortalecer su gestión, demostrando su compromiso con la excelencia en conservación.

A finales de 2019, desarrollaron un ambicioso plan de mejoramiento enfocado en tres componentes: Buena Gobernanza, Diseño y Planificación, y Resultados de Conservación. Este esfuerzo dio sus frutos el 18 de septiembre de 2020, cuando Chingaza recibió la prestigiosa certificación de la Lista Verde, reconociendo su gestión efectiva y compromiso con la conservación a largo plazo. 

La pandemia de 2020-2021 puso a prueba la resiliencia del parque, pero Chingaza demostró su capacidad de adaptación, ajustando sus estrategias a la nueva realidad. En mayo de 2023, una evaluación de medio término confirmó el progreso continuo del parque, demostrando que Chingaza no solo conserva la naturaleza, sino que también evoluciona con los tiempos.

“El reconocimiento de Chingaza como un área protegida en estándar Lista Verde significa el logro conjunto entre PNNC, instituciones de apoyo y población local alrededor de  procesos de gobernanza que contribuyen a consolidar procesos de mediano y largo plazo para la toma de decisiones informadas, concertadas y consecuentemente a la construcción de territorios en paz con la naturaleza”. Juan Carlos Clavijo - Jefe PNN Chingaza

¿Qué ha logrado Chingaza?

Los frutos del trabajo en Chingaza son tangibles y emocionantes. El oso andino, ícono de los Andes, ha visto crecer su población, mientras que el 91,7% del parque mantiene sus coberturas naturales intactas. Pero el éxito de Chingaza va más allá de los números. Se refleja en la sonrisa de los campesinos que ahora son guardianes activos del parque (Fig.1), en el aumento de investigadores que exploran sus secretos, y en el creciente flujo de visitantes que se maravillan ante su belleza, contribuyendo a la economía local. Este enfoque integral y participativo ha convertido a Chingaza en un modelo de conservación efectiva y desarrollo comunitario sostenible, demostrando cómo la gestión efectiva de áreas protegidas puede equilibrar la conservación con el bienestar de las comunidades locales.

Uniendo voces para proteger el Territorio Chingaza

La gente del “Territorio Chingaza”
Archivo PNN Chingaza
La gente del “Territorio Chingaza”

Chingaza creó un modelo de ecoturismo sostenible con Corpochingaza, atrayendo a miles de observadores de fauna cada año. Este programa no solo ayuda a la conservación, sino que también beneficia económicamente a las comunidades locales, convirtiéndolas en guardianes de su patrimonio natural y cultural.

El PNN Chingaza ha dado pasos gigantes hacia la conservación y su gobernanza efectiva, trabajando mano a mano con las comunidades locales. Imaginen un apretón de manos entre la naturaleza y el campo: eso es lo que Chingaza ha logrado con sus acuerdos de conservación. En 2021, en San Juanito, 35 familias campesinas se convirtieron en guardianes de la naturaleza, protegiendo casi 300 hectáreas.

Cada hectárea cuenta una historia: algunas se dedican a la conservación pura, otras a la recuperación de la tierra, y algunas más permiten un uso sostenible que beneficia tanto a la naturaleza como a las familias. El éxito fue contagioso. Para 2023, en Fómeque y El Calvario, 38 familias más se unieron a esta noble causa. Estos acuerdos no solo protegen la tierra, sino que también buscan que humanos y animales silvestres convivan en armonía. Estos acuerdos son más que papeles firmados; son promesas de un futuro verde, donde la conservación y el bienestar de las comunidades van de la mano. Chingaza nos muestra que, cuando trabajamos juntos, la naturaleza y las personas pueden prosperar lado a lado.

El PNN Chingaza ha implementado una estrategia de gobernanza innovadora que ha sido fundamental para su inclusión en la Lista Verde de la UICN. En 2017, el parque actualizó su plan de manejo, iniciando su implementación en 2018 con un nuevo enfoque territorial y de gobernanza participativa. La estrategia "Gobernanza y Planeación Ambiental Territorial" se estableció con el objetivo de integrar la gestión del parque con el ordenamiento y desarrollo territorial de la región. Esta iniciativa busca armonizar la conservación del área protegida con el desarrollo sostenible de las comunidades circundantes.

Análisis realizados en 2019 y 2020 revelaron que, aunque el interior del parque mantiene un buen estado de conservación, los mayores desafíos y oportunidades para la conectividad ecológica se encuentran en la zona de amortiguación y en el corredor de páramos a escala subregional. Reconociendo la importancia de Chingaza como nexo entre la Orinoquía y el centro del país, se ha priorizado el fortalecimiento de los corredores ecológicos que conectan con los Cerros Orientales de Bogotá y el páramo de Sumapaz. 

Esta estrategia de gobernanza no solo ha mejorado la conservación dentro del parque, sino que también ha fortalecido las relaciones con las comunidades locales y ha promovido un desarrollo más sostenible en la región. El éxito de Chingaza demuestra cómo una gestión efectiva y participativa puede conciliar la conservación de la naturaleza con las necesidades de desarrollo de las comunidades aledañas.

Desde que Chingaza se unió al selecto grupo de áreas Lista Verde, ha dado pasos de gigante en su misión de proteger la naturaleza. Imaginen un gran corredor ecológico que conecta Chingaza y Sumapaz, dos tesoros invaluables de los páramos colombianos. Este "Nodo de Biodiversidad" no es solo un sueño, es un plan en marcha para que la vida silvestre pueda moverse libremente entre estos paraísos naturales.

Pero la tarea no es fácil. Los páramos de Chingaza y Sumapaz están en una encrucijada. Por un lado, tienen siglos de historia y cultura; por otro, el empuje imparable del desarrollo urbano e industrial. Es como si la naturaleza y la ciudad estuvieran jugando al tira y afloja, y el reto es encontrar un equilibrio donde ambas puedan coexistir en armonía. A lo largo de los años, estos páramos han sido testigos de una transformación dramática. La expansión de la frontera agrícola, la ganadería, y los proyectos mineros y energéticos han dejado su huella en el paisaje. En tan solo dos décadas, Colombia ha perdido el 17% de sus páramos, una cifra alarmante que refleja la urgencia de la situación.

En Chingaza, proyectos como la hidroeléctrica del Guavio y el sistema de abastecimiento de agua para Bogotá han alterado significativamente el ecosistema. Por su parte, Sumapaz-Cruz Verde ha sufrido los embates de la agricultura intensiva y la ganadería extensiva. La cuenca del río Tunjuelo es un claro ejemplo de cómo la minería puede transformar radicalmente un paisaje, llegando incluso a desviar el curso de un río. Estos cambios no solo alteran la apariencia de los páramos, sino que también ponen en peligro la supervivencia de innumerables especies y comprometen los servicios ecosistémicos vitales que estos espacios proporcionan, en particular el suministro de agua para millones de personas.

Ante este escenario, se hace evidente la urgente necesidad de una gobernanza efectiva. Sin embargo, la situación actual revela una falta de coordinación entre instituciones y una débil integración urbano-regional. Es en este contexto donde cobra relevancia la implementación de una gestión ambiental territorial eficiente y equitativa.

Consciente de estos desafíos, el PNN Chingaza ha adoptado un modelo de gobernanza inclusivo que busca mantener a las comunidades locales activamente involucradas en la adaptación a los cambios que enfrentan el área y el territorio. Como parte de esta iniciativa, y con el apoyo de WWF Colombia, en el marco de una tesis de maestría de la Universidad del Bosque, en noviembre de 2024 se aplicó la metodología ARCA (Análisis Rápidos de Riesgo Climático y Capacidad de Adaptación). Este ejercicio contó con la participación de 30 personas, principalmente de la zona rural del municipio de Choachí, y resultó en la generación de medidas de adaptación relevantes y factibles a nivel local, empoderando así a la comunidad en la gestión de su entorno.

Lecciones Aprendidas y Recomendaciones:

La certificación del Parque Nacional Natural Chingaza en la Lista Verde de la UICN en 2020 marca un hito importante, pero también ha traído desafíos. La pandemia de COVID-19 obligó a reajustar planes y prioridades, mientras que temas como el enfoque de género y el análisis de vulnerabilidad hídrica ante el cambio climático requieren de experticia adicional.

Mirando hacia el futuro, es crucial avanzar en la integración urbano-regional y fortalecer la gobernanza de las áreas protegidas. Esto implica no sólo la articulación entre instituciones, sino también la participación activa de las comunidades locales y la valoración de estas áreas protegidas por parte de la sociedad en general.

El camino por recorrer es largo, pero cada paso cuenta. La actualización del plan de manejo del área protegida para 2024 se perfila como una oportunidad clave para consolidar los esfuerzos de conservación y desarrollo sostenible en estos páramos vitales para Colombia y el mundo.

"El orgullo del Jefe Juan Carlos por la certificación Lista Verde de Chingaza es contagioso. Sus ojos brillan y su voz se llena de emoción cada vez que enseña el certificado, ya sea con colegas, con visitantes curiosos, estudiantes entusiastas o cualquier persona que se cruce en su camino. Es como si llevara una medalla invisible colgada al cuello, una que representa no solo un logro personal, sino el triunfo colectivo de todo un ecosistema, de su equipo de trabajo y su gente… Para Juan Carlos, jefe del parque y mi profesor en la maestría,  ser 'Lista Verde' no es solo un reconocimiento; es un testimonio vivo de la magia y la importancia de Chingaza, una historia que está ansioso por contar a quien quiera escuchar." Sofía del Río - Grupo Implementador LV Colombia.

Participantes del Taller ARCA para el Territorio Chingaza, una metodología participativa en la planificación de la adaptación al cambio climático.
Sofía del Río
Participantes del Taller ARCA para el Territorio Chingaza, una metodología participativa en la planificación de la adaptación al cambio climático

Recursos adicionales

Lee las Soluciones PANORAMA del PNN Chingaza:

https://panorama.solutions/en/solution/la-lista-verde-en-colombia-como-apuesta-para-la-gobernanza-territorial-y-la-inclusion

https://panorama.solutions/es/solution/ponte-los-ojos-por-la-vida-en-el-pnn-chingaza-una-estrategia-multiactor-para-la

Objetivos del Marco Global de Biodiversidad (GBF):

  • Meta 3: Asegurar la conservación del 30% de áreas clave para la biodiversidad.
  • Meta 14: Sostenibilidad en la extracción y consumo de recursos naturales.

Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS):

  • ODS 6: Gestión sostenible del agua y saneamiento para todos.
  • ODS 13: Acción para combatir el cambio climático.
  • ODS 15: Gestión sostenible de los bosques, lucha contra la desertificación, detener e invertir la degradación del suelo y detener la pérdida de biodiversidad.
  • ODS 17: Revitalizar la alianza global para el desarrollo sostenible.

 

Autores: 

Del Río J. S.; Barrero A.; Herrera C. M. del Grupo Implementador PNN-WWF Colombia

Clavijo J.C; Forigua L.; Guzmán D. de Parques Nacionales Naturales de Colombia

Rodríguez G.; López de Viles N. de EAGL Colombia

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