Artículo | 11 Mayo, 2023

Jóvenes científicos comunitarios del Caribe de Guatemala cumplen sus sueños en las comunidades pesqueras que les vieron nacer

Mejorar o acceder a una casa propia, cursar una carrera universitaria, brindar sustento y educación a sus hijos, estos son los sueños cumplidos de cuatro jóvenes de comunidades pesqueras del Caribe de Guatemala que se han formado y desempeñado como científicos comunitarios del Proyecto Regional de Biodiversidad Costera, liderado por la UICN con el apoyo de USAID.

content hero image

Entre 22 y 33 años, estos cuatro jóvenes conforman el equipo de monitores capacitados para realizar el levantamiento de datos sobre la pesca de manjúa, langosta, camarón, peces de escama y otras especies de interés comercial y consumo local en el Caribe Maya de Guatemala.

Photo: © Semillas del Océano

San Salvador, El Salvador, 09 de mayo, 2023 (UICN). Formar personas de las comunidades locales como científicos comunitarios fue una de las estrategias del Proyecto Regional de Biodiversidad Costera para realizar monitoreos biológicos y de desembarque de estructura de tallas de especies de alto valor comercial, que permitieran aportar a la toma de decisiones, basadas en evidencia, para el ordenamiento pesquero, en sitios fronterizos de alta biodiversidad de Guatemala, El Salvador y Honduras.

Para Devora Ortega, de 22 años, Daniela Ramírez, de 23, William López, de 29, y Wilson Caneses, de 33, su experiencia como científicos comunitarios del Proyecto Regional de Biodiversidad Costera ha sido diferente, pero todos coindicen en que ha impactado positivamente sus vidas.

De la comunidad El Quetzalito, Devora relata que desde hace 3 años es la encargada de recolectar datos de langosta y de peces de escama, en monitoreos biológicos y de desembarque, que realiza de lunes a viernes, de 5 de la mañana a 1 de la tarde. En sus palabras “este proyecto me ha proveído trabajo para mantener a mi hija, ya que soy madre soltera. A través de esto he logrado darle alimentación y vestuario a mi nena, y tener una casa propia, ya que alquilaba. Ahora tengo algo propio”.

Daniela, de Livingston, tiene dos años de desempeñarse como monitora de peces de escama y camarón, labor que realiza en jornadas de 6 de la mañana a 2 de la tarde. Gracias a esta oportunidad, ha logrado costear su carrera universitaria en administración de negocios y adquirir el equipo tecnológico necesario para sus estudios, como lo es una computadora y un teléfono inteligente.

Del barrio El Estrecho, William, desde hace un año, monitorea 4 embarcaciones de manjúa y 2 de peces de escama, de lunes a viernes, de 6 de la mañana a 1 de la tarde. Para él, ser científico comunitario de Biodiversidad Costera “me ha ayudado a sustentar a mi familia, darle estudios a mi hija de 9 años y comenzar la construcción de mi casa”.

Wilson, de Cabo Tres Puntas, suma ya 3 años como científico comunitario, responsable, de 10 de la mañana a 6 de la tarde, del levantamiento de información de peces de escama, manjúa, langosta, raya y tiburón. “Mi vida cambió estando en el proyecto, me ha traído beneficios como el estudio de mis hijos, la oportunidad de tener una motocicleta y realizarle arreglos a mi casa”, comparte.

Provenientes de comunidades dedicadas a la pesca artesanal y con acceso a los muelles cercanos, este equipo de científicos comunitarios, entrenado por personal técnico del proyecto, técnicos de la autoridad pesquera y con el apoyo del socio local, Semillas del Océano, ha tenido la oportunidad de desarrollar sus conocimientos pesqueros y aportar evidencia científica para la toma de decisiones sobre acceso, uso y manejo de los recursos marino-costeros.

De hecho, sus aportes son considerados por la autoridad pesquera, organizaciones locales y pescadores en la determinación del calendario de vedas de pesca para el Caribe de Guatemala.

William, quien además es pescador, asegura que convertirse en científico comunitario le ha ayudado a compartir con los demás pescadores sobre “la pesca responsable, utilizando las artes permitidas en el área”, un mensaje que los demás monitores también difunden en sus comunidades.

Biodiversidad Costera es una iniciativa liderada por la UICN, en consorcio con Goal y cuatro socios locales, que se ejecuta en tres sitios de alta biodiversidad de Centroamérica, con el apoyo de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).