Desde su creación, en 2020, la Celebración de las Áreas Protegidas y Conservadas y su gente se ha comprometido a impulsar soportes y espacios que promuevan la inclusión y la perspectiva de género. En ese sentido, en 2021 impulsamos la categoría 'Defensor@s Ambientales y Otr@s Guardaparques'.

El módulo temático virtual fue facilitado por Renata Cao de WWF, con la participación de María Laura Fenoglio, Guardaparque Nacional del Parque ‘Los Alerces’ de Argentina; Sulma Carrión de la “Red de la Amazonía que Late” en su rol de Presidenta de la Concesión para Conservación Shitariyacu (región San Martín, Perú), y Rodrigo Arias de la organización Defensores Chaco Pypore desde Paraguay. En estos espacios reflexionamos sobre el trabajo rural y/o en conservación que son ejemplos sobre la inclusión de sectores diversos en la conservación y la transformación del territorio que generan las mujeres empoderadas.

Para esta categoría se tomó como marco de referencia, las siguientes consideraciones:

La mujer y el medio ambiente es una de las 12 esferas de especial preocupación identificadas en la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing adoptada por las y los líderes mundiales en el marco de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer. Es por ello que, según ONU Mujeres, “lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres forma parte integral de cada uno de los 17 ODS”.

En el último Informe del Foro de Ministros (2021) se encuentran datos claves que grafican la relación entre mujeres y medio ambiente como, por ejemplo:

• A nivel regional, menos del 18% de los propietarios de tierras son mujeres (…).
• En cuanto a agricultura, una de las actividades económicas y de subsistencia de la mujer, se constata que las mujeres sólo dirigen el 16% de los minifundios (FAO, 2017) y sus parcelas son sistemáticamente más pequeñas que las de los hombres y de menor calidad y, por ende, productividad.
• Este vínculo directo con los recursos naturales, que a su vez es vital, para la supervivencia personal y comunitaria, lleva a las mujeres a percibir las amenazas de manera diversa. Estas luchas a menudo están relacionadas con la protección de sus medios de vida, más que con la conservación ambiental.

Otro marco clave para nuestra región es el  Acuerdo de Escazú, el primer instrumento ambiental LAC, en el que se indica que: Las mujeres defensoras son vistas como una amenaza porque cuestionan y ponen en riesgo las estructuras de poder basadas en privilegios de clase y en discriminaciones de género. Ponen además en evidencia, de manera sencilla y cotidiana lo perjudicial que es para la humanidad, continuar sosteniendo un sistema depredador de la vida en el planeta. Ellas son quienes más sufren las consecuencias de la pérdida de acceso a la tierra y los recursos naturales. A las situaciones de riesgo que enfrentan las mujeres por la defensa de los derechos a la tierra, el territorio y el ambiente, se suman las barreras a las que se enfrentan por vivir en la ruralidad, por pertenecer a comunidades campesinas, indígenas, afrodescendientes y, además, por ser mujeres o por tener orientaciones sexuales e identidades de género diversas.

En esta misma línea, incluimos a ´Otr@s Guardaparques´ considerando que, según el informe de la Alianza URSA, ser Guardaparque no solo significa un trabajo, sino que es una oportunidad para contribuir a la conservación y protección del planeta. No obstante, las barreras para que las mujeres se conviertan en Guardaparques son altas: la profesión está fuertemente dominada por los hombres, y las mujeres a nivel mundial representan solo entre el 3 y el 11% de la fuerza laboral. Más que estar dominado por los hombres, el trabajo de las personas Guardaparques tiene una representación "machista". (...) – explica el texto y añade –La diversidad de género e interseccional en la representación dentro de las organizaciones es un amplificador de la efectividad - en la planificación de proyectos, desarrollo y ejecución de programas, establecimiento de prioridades, grupos de toma de decisiones-. La probabilidad de una mejor toma de decisiones aumenta cuando los representantes de la totalidad, no solo la mitad, de la población tienen la oportunidad de participar.

Para garantizar que las personas diversas se sientan integradas y accedan a sus derechos, este año, la Celebración lanzará un PROTOCOLO DE EQUIDAD E INCLUSIÓN, que pone en valor la confianza, el respeto y la colaboración como valores fundamentales de nuestra iniciativa. En este documento se ofrece opciones para incorporar el lenguaje inclusivo, protocolos ante acoso o violencia, entre otros.

Invitamos a las organizaciones a ser parte de la versión 2022, en donde nos enfocaremos en la escala comunitaria, desarrollando eventos locales híbridos en articulación con procesos de comunicación y capacitación basados en los perfiles y las necesidades detectadas en los años anteriores. Para ello, necesitamos forjar alianzas y concretar colaboraciones ganar-ganar, que estamos canalizando a través de nuestro correo electrónico info@celebracionareasprotegidas.org.

Escríbenos y súmate a nuestra propuesta 2022: www.celebracionareasprotegidas.org

Otras medidas:

Para los años anteriores, se tomaron medidas como la inclusión en nuestra Guía de la Celebración, de una batería de recomendaciones mínimas para las personas, organizaciones, empresas y gobiernos. Algunos ejemplos de las recomendaciones que impulsamos son “Asegurar que las iconografías, cartelería, folletos, discursos utilizados, abarquen diversas representaciones de género, con diferentes características étnico-raciales, que reflejen la diversidad humana en la Celebración”, o “Proporcionar información visible y fácil de comprender para todos acerca de las líneas, tiempos y frecuencias de transporte público -reconociendo y minimizando la violencia de género en los ámbitos rurales”.