Artículo 25 Ene, 2024

Parcelas demostrativas para el manejo de agua y suelo: herramientas para la adaptación basada en ecosistemas en el Altiplano de Guatemala

Las parcelas demostrativas, inauguradas por la UICN y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), en el marco del proyecto Altiplano Resiliente, buscan beneficiar a las poblaciones locales, en su mayoría Pueblos Indígenas dedicados a la producción de granos básicos, que suelen perder sus cultivos a causa de la sequía.

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Photo: @UICN

La inauguración de estas parcelas demostrativas para el manejo de agua y suelo tuvo lugar en Santa María Chiquimula, Totonicapán, Guatemala, en la parcela de Pedro Osorio y familia, participante del proyecto Altiplano Resiliente

Ciudad de Guatemala, Guatemala, 25 de enero, 2024 (UICN). Como estrategia para abordar la degradación de las microcuencas hidrográficas del Altiplano de Guatemala, se impulsan parcelas demostrativas para la adaptación al cambio climático, que combinan acciones de manejo de suelo y agua, como la cosecha de lluvia, el control de la erosión, la producción de materia orgánica y la restauración del ecosistema, considerando las condiciones microclimáticas del área.

El modelo, presentado por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), a través del proyecto Altiplano Resiliente, y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA), es producto de un acuerdo de cooperación suscrito con el Instituto Mexicano del Agua (IMTA), mediante el cual se establecieron ocho parcelas demostrativas en cinco microcuencas del Altiplano Guatemalteco: Joj, Tzunamá, Chipacá, La Unión y Samalá.

La sequía es una de las principales amenazas climáticas que enfrenta esta zona del país. De acuerdo con el estudio de priorización de microcuencas realizado por la UICN, en 2020, en la microcuenca Joj, la pérdida de cultivos tiene como causa la falta de agua, lo que afecta a las poblaciones locales, en su mayoría Pueblos Indígenas (99.7%), con una población rural económicamente activa del 54%, que corresponde principalmente a familias dedicadas a la producción de granos básicos.

Este modelo incluye el sistema de línea clave (keyline, en inglés), que combina el manejo de agua de lluvia con prácticas de conservación de suelo y agua, para el control de erosión y el aumento de la productividad; manejo agroforestal para la restauración del ecosistema, y producción de materia orgánica y manejo de humedad con un diseño agronómico donde, con base en la información microclimática, se determina el requerimiento de agua de los cultivos, para la construcción del reservorio de agua y su sistema de distribución.

Con el sistema de línea clave, se identifican los sitios por donde fluye el agua, para movilizarla a lo largo de la parcela y depositarla en reservorios. Así, el agua se mantiene por más tiempo en las parcelas y está disponible en la época seca.

Para el diseño y establecimiento de las parcelas demostrativas, se capacitaron 67 personas del MAGA y sus distintas dependencias.

La parcela de Pedro Osorio y su familia, beneficiaria del proyecto Altiplano Resiliente, donde se inauguró este modelo de finca, maneja un sistema agroforestal en un área de 1.67 hectáreas con especies forestales de pino (Pinus pseudostrobus), encino (Quercus sp) y aliso (Alnus jorullensis), y especies frutales de aguacate (Persea americana) variedad Hass, melocotón (Prunus persica L. Batsch), pera (Pyrus communis), manzana (Pyrus malus L.), y limón persa (Citrus latifolia Tanaka). 

En esta parcela se instaló un reservorio con capacidad de 650 metros cúbicos, diseñado para un riego eficiente en la época más crítica, de noviembre a abril, meses correspondientes a la estación seca.

De acuerdo con Osorio, “las acequias y reservorios en la parcela me van a permitir tener agua para los frutales y sembrar hortalizas en verano, actividad que no podía realizar en la época seca debido a la falta de agua”. Agrega que, con este proyecto, sus vecinos van a motivarse a manejar sus parcelas de manera integral y así mejorar su producción.

La captación de agua de lluvia favorece la producción en época de sequía e impacta positivamente en el flujo de agua disponible, a nivel de parcela y de la microcuenca, por lo que ha sido bien recibida por los productores de frutales, especialmente de aguacate, por su potencial para favorecer la producción agrícola, la generación de empleos y el mejoramiento de los medios de vida de las personas.

Desde 2020, el Proyecto Altiplano Resiliente implementa acciones para reducir el impacto del cambio climático en el ciclo hidrológico de las cuencas del altiplano guatemalteco, para aumentar la resiliencia del ecosistema y las poblaciones locales.

Esta iniciativa es implementada por el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN), el MAGA, el Instituto Nacional de Bosques (INAB), y el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH).

Además de la UICN, Altiplano Resiliente cuenta con la colaboración de la Fundación para la Conservación de los Recursos Naturales y Ambiente en Guatemala (FCG) y la Universidad Rafael Landívar, gracias a fondos provenientes del GCF (Green Climate Fund) y la Agencia de Cooperación Internacional de Corea (KOICA).