El mundo se enfrenta a una crisis gemela cada vez más urgente. El cambio climático y la pérdida de la naturaleza amenazan con cambios irreversibles en el ambiente a nivel global; cambios que tendrán un impacto profundo en el bienestar de miles de millones de personas en todo el planeta.
Estas dos crisis están estrechamente ligadas. El cambio climático es un impulsor clave de la pérdida de biodiversidad, que exacerba la gravedad y frecuencia de diferentes amenazas como sequías e inundaciones, cambia los rangos de distribución donde las especies pueden prosperar, altera las redes alimentarias, y afecta los tiempos y patrones de reproducción. La degradación de los ecosistemas naturales, especialmente la deforestación, está ocasionando la liberación de grandes volúmenes de gases de efecto invernadero y reduciendo la capacidad de los sistemas naturales para seguir absorbiendo carbono de la atmósfera. Por otro lado, sabemos bien cuánto puede contribuir la naturaleza para abordar las principales amenazas que enfrenta el mundo: el cambio climático, la seguridad hídrica, la seguridad alimentaria, la salud y la gestión del riesgo de desastres.
En ese sentido, es sumamente importante que el Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN haga un llamado a sus Miembros para crear una Comisión de Crisis Climática. Esta Comisión, que dispuso el Congreso, está encargada de trabajar con los comités regionales y nacionales de la UICN y la sociedad civil para ayudar a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse al cambio climático, teniendo en cuenta las acciones e iniciativas desarrolladas a través del proceso de cambio climático de la ONU.