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Artículo | 09 Mar, 2017

¿Cuál es la clave para el éxito de la restauración? Orientando la restauración de los ecosistemas locales.

Tanto los gobiernos como el sector privado han comprendido los múltiples beneficios de la restauración de los paisajes degradados. ¿Cómo podemos hacer que estos proyectos sean rentables y exitosos? El equipo del SESYNC examinó 166 estudios de restauración para encontrar la respuesta. 

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A 300-ha, 6-year-old site in the Atlantic forest of Brazil restored by planting >60 species of trees.

Photo: Karen Holl

En los últimos cinco años se han establecido numerosas metas globales, regionales y nacionales para la restauración del paisaje forestal (FLR son las siglas en inglés). Estas metas son ambiciosas y están motivadas por diversos objetivos, incluyendo la conservación de la biodiversidad, el secuestro de carbono, la mejora del abastecimiento de agua y el sustento humano (Chazdon et al. 2017). El principal reto es cómo implementar proyectos de restauración que abarquen decenas o cientos de hectáreas, con el fin de alcanzar los millones de hectáreas de restauración forestal comprometidas por los gobiernos nacionales (Holl 2017). El primer paso es sintetizar y aprender del trabajo existente.

¿Cómo lo hicimos?

Identificamos 166 estudios y realizamos un meta-análisis para investigar cuáles son los factores que influyen en el grado de recuperación de los bosques en todo el mundo. Nos centramos en la recuperación de la abundancia y la diversidad de plantas y de animales y en las funciones de los ciclos de nutrientes. Analizamos si la recuperación es afectada por el tipo de uso de la tierra (¿fue la zona utilizada para minería, tala o agricultura?) y el tipo de bosque existente (tropical o templado, húmedo o seco). Comparamos la velocidad y el grado de recuperación en sitios previamente cultivados y que fueron abandonados hasta que se recuperó el paisaje (recuperación pasiva) con aquellos donde los árboles fueron introducidos (recuperación activa). Puede consultar nuestro blog y reciente publicación de acceso abierto sobre este estudio (Meli et al. 2017) para obtener más información sobre nuestro enfoque analítico y los tipos de prácticas de restauración utilizados después de diferentes tipos de perturbaciones.

¿Qué aprendimos?

Nuestro análisis cuantitativo sobre los esfuerzos globales para la restauración de bosques soporta algunas conclusiones generales y recomendaciones.

En primer lugar, aprendimos que muchos bosques pueden recuperar la abundancia de su flora y su fauna relativamente rápido, un resultado muy importante dado el creciente interés en la restauración del paisaje forestal y en la importancia de los servicios ecosistémicos. La abundancia de plantas y animales mostró el tiempo de recuperación más breve (en los primeros 10 años), pero la diversidad de especies y las funciones que ésta soporta necesitan más tiempo para recuperarse hasta alcanzar los valores de los bosques de referencia, entre 30 y 40 años en promedio. Esto no significa que todas las especies y funciones se recuperen en todos los bosques; generalmente lleva mucho más tiempo recuperar el conjunto completo de las especies dependientes del bosque (Curran et al. 2014). 

En segundo lugar, nuestros resultados muestran claramente que las diferentes medidas (p. ej. abundancia de plantas, ciclo de nutrientes) responden a las acciones de restauración de una forma variable. No obstante, muchas de las iniciativas a gran escala de restauración de bosques establecen objetivos ambiciosos para recuperar de manera simultánea la integridad ecológica, la biodiversidad y la resiliencia climática dentro de un amplio intervalo de metas sociales y en millones de hectáreas, a pesar de que los objetivos específicos de la restauración frecuentemente son conflictivos y variables dependiendo de limitantes locales de tipo social y ecológico. Por lo tanto, resulta importante que los proyectos de restauración definan de manera individual objetivos medibles desde el principio con el fin de evaluar la eficacia de los métodos de restauración activa para alcanzar los resultados deseados.

En tercer lugar, encontramos una alta recuperación en muchos estudios en los que cesó el uso de la tierra y no hubo intervención humana adicional. Esto nos indica que la restauración pasiva puede ser una opción de restauración viable y menos costosa en aquellos casos en los que la recuperación inicial puede ser rápida y el enfoque se ajusta a los objetivos generales del proyecto (Chazdon y Guariguata 2016). Esto no significa que todos los sitios puedan recuperarse rápidamente y sin la introducción activa de plantas o la mejora de las condiciones abióticas. No obstante, dados los recursos limitados para la restauración activa, la restauración pasiva debería ser considerada como una opción y la capacidad de recuperación natural de un sitio debería ser evaluada antes de seleccionar un enfoque de restauración a implementar.

En cuarto lugar, nuestro estudio no mostró diferencias consistentes en la recuperación global de los sitios utilizados anteriormente para la agricultura y restaurados de forma pasiva o activa. Por el contrario, hubo un alto grado de variabilidad, con algunos estudios y variables de respuesta que mostraron efectos positivos de las intervenciones activas de restauración, mientras que en otros los efectos fueron neutros o negativos. Sin embargo, queremos señalar que pocos estudios implementaron acciones de restauración activa y pasiva en el mismo sitio, por lo que es difícil hacer comparaciones robustas. Son necesarios más proyectos y estudios científicos que comparen de manera directa la recuperación pasiva con una combinación de enfoques de restauración activa, así como monitorear los resultados durante varios años.

Nuestras recomendaciones

Nuestro estudio destaca la necesidad de adaptar las estrategias de la restauración a: (a) la capacidad de recuperación del ecosistema que se está tratando de restaurar y (b) los objetivos específicos del proyecto, para así asignar más eficazmente recursos limitados. Las grandes variaciones en la velocidad de la recuperación pasiva entre los sitios y los efectos variados de la restauración activa demuestran que es necesario considerar cuidadosamente todas las opciones y decidir cuáles son las más adecuadas para los objetivos del sitio y del proyecto.

Por ejemplo, la recuperación pasiva debería ser considerada en aquellos sitios que fueron talados y en los paisajes en los que hay suficientes fuentes de plantas y animales capaces de colonizar las áreas perturbadas. Por el contrario, la introducción de árboles podría ser más apropiada en sitios donde la recuperación es más lenta o cuando el objetivo principal del estudio es suministrar árboles específicos de alto valor para la comunidad local que habita en el lugar.

También sugerimos que los encargados de manejar la tierra esperen unos años para observar la velocidad y la dirección de la recuperación natural antes de invertir en esfuerzos de restauración activa. Claramente, la selección de las estrategias de restauración requiere considerar los objetivos ecológicos y sociales, además de los factores institucionales y políticos.

Por Karen D. Holl, Paula Meli, José M. Rey Benayas y el grupo de trabajo sobre Síntesis de la Restauración del SESYNC (EEUU) y el iDIV (Alemania).

Este proyecto forma parte de un estudio más amplio que sintetizó los resultados de la recuperación y restauración en una amplia gama de tipos de ecosistemas que fue financiado por el Centro Nacional de Síntesis Socio-ambiental de los EE.UU. y el Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad. Este estudio sobre la recuperación de los bosques fue financiado además por el gobierno del Reino Unido a través del proyecto KNOWFOR.

Referencias

Chazdon, RL, PHS Brancalion, D Lamb, L Laestadius, M Calmon & others. 2017. A policy-driven knowledge agenda for global forest and landscape restoration. Conservation Letters125-132.

Chazdon, RL & MR Guariguata. 2016. Natural regeneration as a tool for large-scale forest restoration in the tropics: prospects and challenges. Biotropica 48:716-730.

Curran, M, S Hellweg & J Beck. 2014. Is there any empirical support for biodiversity offset policy? Ecological Applications 24:617-632.

Holl, KD. 2017. Restoring tropical forests from the bottom up. Science 355:455-456.

Meli, P, KD Holl, JMR Benayas, HP Jones, PC Jones & others. 2017. A global review of past land use, climate, and active vs. passive restoration effects on forest recovery. Plos One 12:e0171368.