Declaración de la UICN | 14 Abr, 2020

Declaración de la UICN sobre la pandemia de COVID-19

Mientras el mundo continúa luchando contra la pandemia de COVID-19, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) desea expresar su solidaridad con todos aquellos  directamente afectados por el virus, en todo el mundo. Nuestros pensamientos están con todas las poblaciones vulnerables, especialmente aquellas que están sufriendo los estragos de la degradación ambiental, muchas de ellas con acceso limitado a una atención médica adecuada por razones financieras o geográficas.

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Photo: CDC/ Alissa Eckert, MS; Dan Higgins, MAMS.

La Unión sigue plenamente comprometida con la salud y la seguridad de sus empleados y constituyentes, y hemos tomado medidas drásticas para protegerlos. Apoyamos a los 1.400 Miembros de la UICN y más de 17.000 expertos voluntarios en las Comisiones de la UICN, en casi todos los países del mundo. Aplaudimos a los muchos héroes ambientales y pueblos indígenas que continúan su trabajo, en la primera línea de conservación, durante estos tiempos difíciles.

La UICN reitera su compromiso de conservar la naturaleza para un planeta sano y personas sanas. Seguimos ayudando a las comunidades en estos tiempos de incertidumbre, mientras intensificamos las áreas de trabajo que nos ayudarán a comprender y abordar los factores subyacentes de las enfermedades que surgen de los contactos humanos con la vida silvestre o el ganado, conocidas como enfermedades zoonóticas. Muchos programas, Miembros y Comisiones de la UICN ya están trabajando en temas que nos ayudarán a comprender y recuperarnos mejor de esta crisis. La Comisión de Supervivencia de Especies y la Comisión de Gestión de Ecosistemas de la UICN están trabajando para mejorar rápidamente nuestra comprensión de cómo tales transferencias de patógenos tienen lugar como resultado de actividades humanas, como el comercio ilegal de vida silvestre y los cambios en el uso de la tierra.

Los cambios en el uso de la tierra son un motor clave de las enfermedades zoonóticas emergentes. La deforestación, la fragmentación de los hábitats y la expansión de la frontera agrícola aumentan los contactos entre humanos y otros animales, aumentando potencialmente las posibilidades de que surjan y se propagan zoonosis. Esta es la razón por la cual las áreas protegidas y el derecho ambiental deben ser parte de nuestra estrategia global para reducir o prevenir futuros episodios de enfermedades. Al comprender las consecuencias de las actividades humanas que conducen a la propagación de las enfermedades zoonóticas, podremos asegurarnos de reconstruir cuidadosamente, y comunicar claramente, remedios efectivos a largo plazo a actores que van desde tomadores de decisión a comunidades locales.

Una crisis, especialmente una de esta intensidad, inspira reflexión y plantea preguntas difíciles. Más allá de la tragedia humana, mucha atención se ha centrado en la relación de la humanidad con el mundo natural y el impacto de nuestras actividades. Con la catástrofe económica resultante de la repentina y drástica interrupción de nuestras actividades, muchos han observado que, más allá de la tragedia humana, nuestra huella en el planeta se ha vuelto temporalmente más ligera. Sin duda, esto es una señal de que somos capaces de hacer las cosas de manera diferente, pero considerar esto como un resultado positivo sería un grave error. El costo ha sido y será enorme en términos de pérdida de empleos, dificultades y sufrimientos. Además, está claro que el brote de COVID-19 también está generando nuevas amenazas para los pueblos indígenas y las comunidades rurales, así como una exacerbación de la violencia, en particular contra las mujeres y las niñas, ya que las condiciones de cuarentena hacen que los hogares inseguros sean aún más peligrosos.

Podemos reconstruir, pero reconstruyamos de forma más inteligente. Como comunidad, hemos estado hablando de la necesidad de un cambio transformador: trabajemos juntos, ahora, para asegurarnos de seguir un camino sostenible previsor. La UICN continuará colaborando con mujeres y hombres de todas las comunidades para construir e implementar soluciones seguras y equitativas.

Gente de todo el mundo, especialmente los que están en la primera línea de lucha contra esta pandemia, continúan trabajando, muchas veces poniendo sus vidas en riesgo para que otros puedan ser atendidos, protegidos y puedan seguir teniendo acceso a alimentos y otras necesidades. El progreso tecnológico que ha marcado estas últimas décadas, hoy, permite a muchos otros, especialmente en los centros urbanos, trabajar desde casa. Asisten a las mismas reuniones que lo harían en la oficina o al otro lado del mundo, produciendo resultados similares. Conducen menos, vuelan menos, contaminan menos.

Si podemos sacar una lección de la tragedia en curso, es que todos debemos comprometernos a revisar la forma en que trabajamos. Debemos analizar cómo podemos reducir nuestra huella en el mundo natural al continuar usando las herramientas que estamos utilizando actualmente. Podemos establecer objetivos para volar y viajar menos, e informar de nuestros avances de manera transparente.

Como líder mundial en la realización y coordinación de investigaciones y asesoramiento en materia de políticas ambientales, la UICN continuará trabajando con sus Miembros y redes para brindarles información esencial y lecciones aprendidas. Seguimos comprometidos con nuestra poderosa Unión, con nuestra misión de desarrollo sostenible y con trabajar juntos para garantizar un planeta sano, con personas sanas.